viernes, mayo 25, 2012

El arte de izquierda




La izquierda cultural domina el arte narrativo (literatura, teatro, cine) desde hace 150 años. Desde Dickens en adelante. Su éxito es en ese campo demoledor. Siempre atraerán las historias basadas en la lucha contra la explotación.
La pregunta es si eso es arte, o si todo el arte debe ser “social”, “comprometido”.
Stalin llamó a los escritores “ingenieros del alma”, desnudando la idea de un “arte” al servicio de la construcción del socialismo estatal, un “arte” que glorificara al grupo y combatiera al individualismo, que ensalzara el compromiso social, la solidaridad y expulsara del reino las cuestiones meramente psicológicas e individuales. Hasta el amor debe dejar de ser “romántico” y ser un amor entre dos luchadores sociales (”en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos”, dice la canción)  
Los elementos básicos de toda historia social son los siguientes:
-         Existe un colectivo social, los “pobres” que siempre son uniformemente buenos y levemente ingenuos
-         Existe un grupo explotador, los “ricos”, dueños de la riqueza y el poder, que se dedican a conspirar para hacer de los pobres cada día aun más pobres: toda su riqueza se basa en explotar a los pobres ingenuos
-         Entre ambos, hay una gris clase media que se estupidiza viendo televisión basura, envidiando a los ricos y despreciando a los pobres.
-         Existe un joven rico que se enamora de una muchacha pobre. Ella le muestra la realidad que el nunca quiso ver: la pobreza, el hambre, la desesperanza.
-         El joven entra en crisis existencial y rompe con su familia. Conoce a un intelectual, un militante de izquierda que le da una explicación teórico-histórico-materialista dialéctica a su crisis.
-         El joven se hace revolucionario y acompañado de su novia pobre comienza a organizar a los pobres ingenuos del lugar, para que dejen de ser ingenuos.
-         Para ello convence a sus amigos de la clase media de que dejen de mirar TV y se “concienticen”.
-         Se desata una huelga general por tiempo indeterminado
-         Los “ricos” reprimen , por medio de la policía a su servicio a los “pobres”, en especial al grupo que el muchachito ha organizado.
-         El hermano de la novia es asesinado por la policía y el joven es metido preso y torturado
-         El muchachito convence a su padre de que se ha llegado a un limite y que es necesario que los ricos dejen de explotar a los pobres
-         El padre, a su pesar, rompe con los prejuicios de clase, ordena a la policía que no reprima más, se compromete a resolver las demandas de los pobres y, para colmo de bienes, le da su consentimiento al casamiento de su hija con la muchacha pobre
-         Fin

Un mundo en blanco y negro. Una grosera simplificación de la realidad. Personajes cartón pintado. Pero funciona, desde hace cien años, funciona. Salimos del cine dispuestos a luchar por un mundo mejor y nos sentimos infinitamente inteligentes y superiores a los estúpidos que siguen mirando TV basura.
Esa es la magia del arte de izquierda: nos hace sentir buenos y útiles. De un lado está el Mal: capitalismo, grandes empresas, extranjeros codiciosos, financistas, políticos su servicio y del otro, los Buenos: los pobres, los militantes de izquierda, los jóvenes que se concientizan. Todo es claro y evidente, la duda deja de existir, tenemos un compromiso que cumplir, dejamos de ser parte de la gris clase media y nos convertimos, de alguna manera, en redentores que luchan para emancipar a los pobres.

domingo, mayo 13, 2012

Ayer Mercante, hoy Scioli

Dijo hoy Mariotto: "Yo respondo a la presidenta de la Nación que es la que conduce y Scioli como el resto de los gobernadores también deben responder a la presidenta, no entiendo dónde está el problema".
La ignorancia, la prepotencia y la agresividad van en el Vicegobernador de la mano.
- Ningún Gobernador "responde" al Presidente, en un sistema federal. Pueden pertenecer al mismo partido, pero afecta gravemente al sistema federal que por ese hecho, deban "responder" a cada orden de la Presidente. Recordemos que Mercante, el Gobernador peronista de la provincia, 1946-52 defendió la autonomía de la BsAS frente al atropello del Gob nacional en reiteradas oportunidades. Se nego a intervenir el P Judicial y pactaba con la oposicion el nombramiento de jueces, al tiempo que respetaba la libertad de prensa
- Mariotto es prepotente porque se siente avalado y apoyado por la Reina. Su poder es el de un lacayo que depende en todo de su mandante. Scioli- quizas a su pesar- al menos intenta que su poder se legitime por los ciudadanos, que es la unica forma legitima de obtener poder en una democracia. Mariotto confunde a un funcionario electo con un simple ministro removible por el presidente
- la agresividad es un estilo. El hombre no es muy sutil, es como elefante en bazar. este es el tipo de personaje que surge de los gobiernos cuasi dictatoriales como éste., en los que se premia la sumisión, no la eficiencia y las buenas formas



¿Será Scioli un nuevo Mercante? Es dudoso, pero vale la pena que el actual Gobernador repase la historia de su antecesor, el Coronel Mercante, Gobernador de Buenos Aires entre 1946 y 1952. Este militar del GOU, nacionalista y estatista se dieferenciaba de Peron / Evita en su escrupuloso apego a las instituciones, en su rechazo al mesianismo y fanatismo evitiano, en su respeto a la oposicion y la prensa libre, en su renuncia a un segundo mandato, que la Constitucion del 49 le habilitaba, en la independencia del poder judicial que mantuvo pese a las presiones, etc. Como es evidente, esto lo distanció de la dupla Peron/Eva,  quienes jamas soportaron semejante independencia y le bajaron el pulgar. Pero eso le reservó a Mercante un lugar en la Historia, cosa que al menos es mejor que ser un Aloe obsecuente e ignorante. Si Scioli puede ser un Mercante, Mariotto YA es un Aloe.

Carta a Perón




Usted, General, escribía muchas cartas, afortunadamente para los historiadores. Aquí tengo una, dirigida a Joaquin Balaguer en 1967 que tiene poco desperdicio. Está publicada por el viejo político dominicano en su “Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo”, editado en 1988.
Dice Joaquín Balaguer varias cosas muy interesantes. Como el viejo líder caribeño no sabía ni le interesaba la política argentina, su ingenuidad resulta reveladora.
Escribe que usted, de visita en la isla, "cuando tocaba esos temas se enardecía y su palabra, por lo general parca y precisa, cobraba un acento más cálido e incomparablemente más contagioso. En su pasión por la justicia social solía asomar su admiración por los hombres cuya personalidad se proyecta más autoritariamente en la historia. Hitler, pero principalmente Mussolini, le atraían por el fasto un poco teatral de su mesianismo político."
La carta de Perón a Balaguer, en 1967, que publica en el libro, dice: " Quedarán los perturbadores contumaces y, a esos, solo se los puede dominar mediante las represiones más duras. En ese sentido tengo la más dura experiencia: si yo hubiera terminado, aunque fuera violentamente , con los conspiradores profesionales, nada me hubiera impedido realizar acabadamente cuánto me había propuesto y la República Argentina no estaría en la actualidad en el estado lamentable en que se encuentra.
Soy enemigo de la violencia y durante más de diez años lo demostré en el Gobierno, perdonando todo, pero no puedo desconocer que, si la violencia es negativa como sistema, no por eso deja de ser indispensable como excepción y en los casos que la seguridad del Estado peligra por las acción de los irresponsables. Por eso me permito aconsejarle lo que mi experiencia (que es la parte más efectiva de la sabiduría) me ha demostrado. Usted es un hombre "demasiado blando", no deje que esa bondad lo llegue a perjudicar: cuando haya que "dar", dé duro y a la cabeza, como dicen los españoles."
Hay varias preguntas interesante que me surgen. Cuando usted dice que durante su gobierno “perdonó todo”, a que se refiere, exactamente. Es cierto que comparado al de su admirado Trujillo, su gobierno fue “casi” un remanso de paz: solo algunas decenas de torturados, unos mil indios pilagaes asesinados y unos pocos casos de muertes por excesos en la mesa de tortura. No pasó usted a la historia como un genocida.
Su admiración confesa por Hitler y Mussolini ha sido prolijamente apartada por sus entusiastas biógrafos, y en general se la considera un “pecado de juventud”, propio de la época. Pero , según la cita de Balaguer aun en los años 60, cuando estuvo en Santo Domingo, seguía usted admirando públicamente a Hitler y Mussolini. Pecado, sí, pero no de juventud.
La idea de que la violencia no es buen sistema, pero sí debe ser empleada como correctivo excepcional resume espléndidamente su concepción de la política. Recordará la Orden Secreta Nro. 1 que usted firmó en 1952. Allí puede leerse que, en el caso excepcional de un atentado contra usted, el Presidente de la Nación, decía “[En ese caso] Se ordena contestar con miles de atentados”“ Se han confeccionado listas de objetivos, de locales y organizaciones extranjeras enemigas de nuestro gobierno que actúan en común con los complotados y de personas opositoras , que deben ser suprimidas sin más , en caso de atentado al Excmo. Señor Presidente de la Nación”“Las mencionadas listas, donde figuran domicilio y teléfono van agregadas como anexo a las disposiciones especiales (…) Se organizará también el ataque y destrucción de las mencionadas organizaciones enemigas y las operaciones punitivas contra los dirigentes de las mismas”
“ Si la lucha psicológica opositora es efectuada escudándose en el anonimato, ya sea por llamadas telefónicas, cartas, panfletos, volantes, etc. , el afectado llevará este hecho a conocimiento del Servicios de Informaciones de la dependencia u organización a que pertenezca”
“ Extremar, organizar y establecer la vigilancia sobre el personal de la Administración Pública sindicado como opositor o indeciso(…) llevar un registro donde se anoten minuciosamente los antecedentes, tendencias ideológicas de cada funcionario y empleado [ el individualizado] debe ser radiado de inmediato del servicio”
“ Solamente deben tener puestos de responsabilidad y directrices los funcionarios, jefes y oficiales de probada adhesión y lealtad al Gobierno Justicialista”

O sea, que contrariamente a lo que usted señala (que debía haber eliminado a sus adversarios) de hecho usted los había eliminado y pensaba hacerlo del modo más violento si éstos atentaban contra su vida.
En su época se torturaba. No es esta una novedad, pero la fantasiosa historia escrita para que los jóvenes de los 70 y de los 2000 siguieran considerándolo un líder popular revolucionario exigía borrar ese capítulo. Afortunadamente para la verdad algunas de sus víctimas siguen con vida y recuerdan. Yo me entrevisté con varias de ellas, y no olvidan ni perdonan.

Pero para nosotros, los jovenes "idealistas" de los 70, esto eran pamplinas. Nosotros creíamos en usted. Sabíamos que sus orígenes no eran muy claros, pero eso no importaba. En nuestra ingenuidad suponíamos que había una "relación dialéctica" entre el pueblo y su conductor, y que a la larga el pueblo le había borrado a a usted esos vicios de origen. Tenía, sabíamos, "debilidades burguesas", pero eso se compensaba con la presencia de la clase obrera en su Movimiento, y que esa presencia garantizaba el advenimiento del Socialismo. Un socialismo a la cubana, obrero y campesino, revolucionario.
Estabamos totalmente equivocados, como la historia demostró. ¿Entenderan esto los actuales jóvenes "idealistas"? Al parecer la historia se repite y el drama de los 70 parece que se repetira en esta década.
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miércoles, mayo 09, 2012

Mi búsqueda



Estoy estudiando, a mis sesenta y tantos, filosofía. ¿Qué busco con eso?
Hay un costado ético y un costado gnoseológico. No me meto con la metafísica porque aun soy kantiano y poperiano: la filosofía debe tratar el problema del conocimiento, ni mas ni menos,  el problema de la verdad. La ontología, la esencia de la realidad aun se me escapa. El otro problema tiene que ver, no con la verdad, sino con el Bien y el Mal. En el fondo, es el mismo problema: una filosofía que descree de la verdad- o, peor, que cree haber descubierto La Verdad- no cree en la posibilidad de entender y deslindar el bien y el mal- o peor, dictamina qué es el Bien y qué es el Mal.
El relativismo nos viene a contar esa historia: hay tantas verdades como culturas, hay tantas bondades como culturas, lo que es verdad ahora, era mentira antaño, lo que es bueno aquí, es malo allá.
Instintivamente rechazo ese argumento , pero busco fundamentar ese rechazo.
Sin verdad posible, sin criterios de búsqueda de verdades y de refutación de pseudoverdades, cualquier intelectual, cualquier demagogo experto en retórica, cualquier “comunicador” es capaz de inventar caminos que parece que llevan al paraíso pero desembocan en eriales secos, en infiernos.
La clave de la Filosofía es que nos enseña a no esperar de los grandes pensadores de todos los tiempos respuestas a preguntas que NO se formularon. Aristóteles no se formuló el problema de los limites de lo humano: declaró sin más que los esclavos son máquinas, no seres humanos. Sin embargo estudió la Ética. Su problema no es nuestro problema, pero sin embargo sus respuestas nos sirven aún. No, obviamente, las referidas  al esclavitud, pero sí las referidas a la Ética como espacio normativo que regula las relaciones entre los hombres, y entre los hombres y el poder. La pregunta de Descartes es como fundamentar el conocimiento. El lo basa en Dios y en la posibilidad del ser humano de alcanzar el conocimiento de la realidad, porque Dios no creó una realidad caprichosa, sino racional, inteligible. El problema es que los agnósticos no pueden dejar que Dios sea la base que fundamenta la cognocibilidad de la realidad. Pero, el problema que plantea Descartes SI es universal y debe ser asumido y resuelto por los agnósticos.

La ciencia, afortunadamente, es una herramienta que convive con la verdad: solo avanza mediante hipótesis cada vez más cercanas a la realidad. Si todavía supusiéramos que la Tierra es el centro del Universo, no habríamos llegado a la Luna ni descubierto las incontables galaxias. Las ciencias naturales son una fuente inagotable de filosofía del conocimiento, de confrontación entre hipótesis y realidad.
El problema es que estas ciencias no tratan con la realidad humana, o sea, una realidad que a diferencia de la realidad física no se maneja con leyes matemáticas, sino que su sustancia es el sentido, la libertad, el lenguaje, las relaciones no entre cosas, sino entre humanos.
Y allí no hay ciencia natural posible. No hay átomos o planetas que mantienen con su entorno relaciones matemáticamente definidas.
Pero, ¿es posible una ciencia “humana”? ¿Existen las ciencias sociales, o en realidad se disfraza de “ciencia” lo que es pura opinión?¿Hay “leyes sociales”, como las de la física? ¿Hay una verdad en lo social, como la química?
El marxismo, y en general, el positivismo han creído que sí, que hay leyes humanas objetivas, que actúan a pesar de los voluntad humana, como mecanismos ineluctables , como caminos de un destino inevitable, como soluciones únicas a problemas complejos, independientes de la conciencia. Leyes, sin embargo, que se pueden conocer, a la manera de ley de gravedad: los intelectuales, los científicos sociales son los encargados de desentrañar las regularidades ocultas, las leyes invisibles.
Ese sueño terminó hace mucho y lo hereda el escepticismo del “relativismo absoluto”. No existe una verdad, sino incontables verdades, no existe una moral sino incontables morales. No hay universales, no hay una “especie humana” única, sino incontables experiencias plasmadas en culturas diferenciadas y mutuamente excluyentes.
Este relativismo y su abandono de la pretensión de verdad y bondad está en el fondo de todas las nefastas experiencias políticas actuales. Si antes los totalitarismos se basaron en iluminados que creían haber dado con la “verdad”- los Hitler, los Stalin- ahora nos las tenemos que ver con oportunistas que son, al mismo tiempo liberales, estatistas, populistas, aristocratizantes, cristianos, ateos, nacionalistas e internacionalistas, todo junto y por el mismo  precio. Cada ocasión es buena para proclamar alguna miniverdad relativa, alguna sombra borrosa de la casi olvidada verdad. Cada ocasión es oportuna para dar lecciones de Ética Relativista, donde todo lo bueno anida en nosotros y todo lo malo en los otros. Pero cuando negociamos con esos “otros” admitimos grados diferentes de maldad: no son tan malos si podemos neutralizarlos. Así, todo es posible, en una negociación permanente en la cual , esa antigüedad, los valores, son reemplazados por la razón de Estado, o por las verdades “instrumentales”, oportunistas, las que convienen en cada ocasión particular.
Por eso esta búsqueda en la Filosofía. Quizás pueda renovar allí, en ese camino, mi compromiso con la Verdad y con el Bien, sin ponerme colorado al nombrar semejantes conceptos, sin sentirme estúpido frente al cinismo posmoderno que desdeña esos valores como antiguallas dignas de museo. 

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