martes, abril 03, 2012

Más historias capitalistas de Las Heras

Usura en Las Heras

El cura del pueblo de Las Heras, el Padre Anastasio, odia la usura. Predica siempre que hay que rechazar esa forma de explotación de las necesidades humanas La “usura”, o sea, el interés o renta que se percibe por prestar dinero ha sido condenada, prohibida o limitada desde el principio de los tiempos, nos dice. Aristóteles, la Iglesia o el Estado han considerado que el interés es algo poco menos que pecaminoso, sospechoso.
Lo raro – pienso yo mientras lo escucho- es que otro tipo de convenios privados que incluyen el traspaso de un plus valor de uno a otro contratante no han tenido semejantes limitaciones.
Por ejemplo, la venta a plazos.
En este caso se vende un objeto en partes, cuotas, o plazos. Si el campesino Tito ofrece comprar dos hectáreas al campesino Pepe a plazos, pero el campesino Cacho le ofrece comprar esas dos hectáreas en efectivo, el Campesino Pepe preferirá venderlas a Cacho. Pero si Tito le ofrece pagar a plazos , pero con un valor total que supera el 20% de lo que ofrece Cacho (el interés que está dispuesta a pagar) , Pepe quizás acepte esta propuesta y cierre trato con Tito Este trato no ha sido condenado nunca por las autoridades.
O el alquiler. Tito quiere explotar dos hectáreas de Pepe por tres años y luego devolvérselas en las mismas condiciones. Si Pepe acepta el trato, estaría cobrándole un interés, una renta- el alquiler-  por el capital que cede temporalmente a Tito. Esto tampoco ha sido condenado por la Iglesia o Aristóteles.
¿En que se diferencian estas dos operaciones de una operación de préstamo de dinero por un tiempo determinado y cobrando una  renta (alquiler, cuota más interés)  determinada?
En nada, estrictamente. En los tres casos, sea venta a plazos, alquiler o préstamo, el propietario obtiene una renta por ceder por un lapso un valor que posee. Durante ese lapso no podrá usufructuar el bien-tierra o dinero o bienes que podría vender al contado- y por lo tanto considera justo recibir una compensación a cambio.
El problema es con el dinero. El dinero es un símbolo, un representante de otra cosa, de un valor físico (tierra, una máquina, etc.). Si en un caso la Iglesia y Aristóteles aplauden la sana costumbre de dar en aparcería tierras o en venderlas a plazos, en el otro el trato recibe el ignominioso nombre de “usura”. Es como si el trueque fuera más justo que el préstamo de moneda. Como si alquilar un campo fuera más sano que prestar a interés.
Es evidente el primitivismo de este pensamiento. Lo que pareciera estar por detrás es la necesidad de bloquear, dificultar los intercambios libres. Un trueque o un alquiler son más lentos, mas trabajosos  que una operación dineraria. Trocar una gallina por un conejo significa una larga negociación sobre el peso, la capacidad de engorde, el costo de alimentación , etc. que tienen uno y otro, hasta llegar a un acuerdo. Lo mismo con el alquiler.
El dinero es más rápido. Si hoy cierro trato con el prestamista al 15% anual, hoy mismo compro dos máquinas de coser y 10 Kg. de lana y mañana mismo puedo vender mis hermosos saquitos en el mercado. Recibiré $50, con los que compraré alimentos en el almacén, y el almacenero podrá abastecerse para pasado mañana, y así. El dinero mueve la rueda (“Money makes the World go round”). Y eso es peligroso. Para Aristóteles y para la Iglesia, y para el Rey. Demasiada gente negociando, produciendo, vendiendo, enriqueciéndose, crea demasiada confusión y cambio en un mundo que debe ser estable, para ser mejor gobernado. Mejor es que las cosas transcurran más lentas, con más tiempo para desarrollar mejores tácticas de dominio, mejores prédicas desde el púlpito,  más ideas de sumisión.
Pero nada de esto le dije al Padre Anastasio. Ahí fue que escuché que Don Ramón, el almacenero, le proponía una cosa al cura.
- Padre,  me ha llegado un jamón serrano que está para chuparse los dedos
- Hijo, Don Ramón, no me tientes. Además cómo puede este humilde pastor afrontar el pago de semejante delicia…
- Por eso le quería hablar. Se lo vendo en plazos
- ¿Cómo es eso?
- La pieza de diez kilos sale por unos mil pesos.
- No tengo esa cantidad, hijo
- Pero yo se la vendo en 12 cuotas de cien pesos…
- Aquí hay gato encerrado… A ver, que 100 por 12 es 1.200. Me engañas!
-  Pero mañana mismo usted estaría disfrutando de un bocadillo de jamón con pan de campo. No tendría que esperar un año para ahorrar 1000 pesos.
- O sea…
- Que le doy como un préstamo y usted me lo devuelve con un interés del 20% anual
- A no, Don Ramón, que eso es usura y ya sabes lo que pienso de esa práctica, ejecutada con sagacidad por judíos y lombardos.
- Es cierto, pero no  se llama usura, se llama “venta a plazos”…y no creo que tenga nada de malo. Usted abona un poco más por esa tentación, pero la disfruta desde hoy y termina de pagarla dentro de un año.
- Bueno, visto de esa forma…
- No estaremos en pecado, no Padre?
- Esteee , no sé lo que pensaría San Agustín, pero la Iglesia jamás condenó el vender algo a plazos, así que vamos a ver esa pieza!
- No se va a arrepentir, Padre Anastasio!
¡El truco es cambiarle el nombre a las cosas!

Subiendo las tasas

En una época el Intendente de Las Heras decidió resolver el problema presupuestario. El Municipio tiene 300 empleados que cobran un promedio de 1,000 dólares. O sea 300,000 dólares por mes, 3,600,000 dólares por año. Como la Provincia de Buenos Aires le limitó los aportes coparticipados, el buen hombre optó por incrementar diversas tasas o impuestos municipales y crear unos nuevos:
Tasa por servicios generales
Tasa por inspección de seguridad e higiene
Derechos de ocupación o uso de espacios públicos
Derechos de oficina
Derechos de publicidad y propaganda
Derechos de cementerio
Tasa por habilitación de comercios e industrias
Derecho a espectáculos públicos
Derechos de construcción
Tasa por servicios varios
Tasa por servicios especiales de limpieza e higiene
Patentes de rodados
Derechos de venta ambulante
Fiscalización de Riesgo Ambiental
Inspección Veterinaria
Seguridad Pública
Fondo Educativo
Remises, Taxis y Transporte Escolares
Patentes de Juegos, de Cabaret, Boites y Confiterías Bailables
Turismo
Contento con la propuesta- que fue aprobada en medio de vítores por el Consejo municipal- se dispuso a recibir este maná que aliviaría sus cuentas (comenzando por su sueldo de 4,000 dólares y el de los ediles, de 2,500)
Como es lógico, no implementó ninguna medida de mejora de los servicios municipales, porque eso hubiera significado aumentar el gasto, así que se dedicó a cobrar, mientras la suciedad se seguía acumulando en las calles, las luminarias públicas seguían apagadas, el césped crecía salvaje en la plaza, el polvo se acumulaba en las calles de tierra. Tuvo, eso sí, la idea de cambiar la flota de autos de la Municipalidad, incluyendo su propio vehículo, un viejo Fiat de 5 años atrás, al que cambió por un flamante Peugeot 808.
Como había ganado con el voto de los vecinos más pobres del pueblo, no se olvidó de sus votantes. Creó el Plan de Inclusión Social, que consistía en subsidiar, con 100 dólares mensuales, a los trabajadores desocupados, unos 300. (300 por 100= 30,000 dólares mensuales, unos 360,000 dólares anuales). A cambio de eso, los beneficiarios debían limpiar la plaza de 10 a 12hs. Se presentaron 30 el primer día y solo 10 a partir de la segunda semana. La plaza seguía igual de sucia, porque no había interés en terminar el trabajo sino en  mostrar que se estaba trabajando…
Don Prudencio Pérez, dueño de la única concesionaria de automotores del pueblo puso el grito en el cielo. Sus gastos impositivos habían aumentado de un día para otro en un 300%. Así que pidió un entrevista con el Intendente Alanisi.
Éste lo recibió un mes después de pedida la audiencia. Lo hizo esperar media hora y al fin lo hizo pasar a su despacho.
- Intendente, le pido que me exceptúe de pagar este aumento, no tengo cómo afrontarlo, porque sabrá usted que la venta de autos cayó un 40% el último año
- Vamos Don Prudencio, que usted ganó buen dinero en los últimos años. No me diga que no tiene ahorros en el banco
- Sí, pero ese dinero es el que asegura mi vejez y la posibilidad de ayudar a mis hijos.
- ¿No pensó en los pobres del pueblo, los que no tienen nada ahorrado en el Banco? Usted, como empresario responsable debería ser el primero en ayudar solidariamente a los más necesitados
- Mire, Alanisi. Yo colaboro con diversas instituciones caritativas, financié la ampliación de la salita de salud, financio a la Cooperadora escolar, y doy becas a los hijos de empleados de comercio para completar sus estudios en la capital.
- Muy bien, solo le pido que haga un esfuerzo más…
- Es que prefiero ser yo mismo el que decida a quien y por qué y por cuanto puedo ayudar.
- No sea egoísta, además no puede haber excepciones a la Ordenanza, usted me pide algo ilegal.
- Dígame: ¿cómo se yo que estos 500 dólares mensuales que tengo que pagar de más irán para los más pobres?
- ¿Desconfía de las instituciones, acaso?
- No, desconfío de los hombres.
- ¿No conoce usted la obra que estamos haciendo? ¿Los servicios que damos a la comunidad? ¿Los subsidios que repartimos entre los más pobres? ¿No vio el Monumento que inauguramos, en honor al fundador de nuestro Movimiento?
- Sí, hermoso monumento que, desgraciadamente, no puedo apreciar por haber sido opositor a dicho fundador.
- Gorila!
- Lo que pude apreciar es que usted anda ahora en un flamante Peugeot 808 que, por cierto, no compró en mi agencia.
- No, según la Ordenanza 3476-56 de la Dirección Provincial de adquisiciones vehiculares, los intendentes y concejales deben adquirir sus unidades en otras localidades distintas a la que administran.
- Y donde adquirió la nueva flota?
- En Concesionaria García, de Merlo.
- Un buen amigo suyo, no?
- Qué insinúa
- Nada, nada. Veo que los nuevos ingresos han servido para cosas muy útiles. Pero las luces de mi calle siguen apagadas…
- Bueno, al grano  Pérez. Usted pide una excepción y yo no puedo otorgársela por limitaciones legales. A menos que…
- ¿?
- A menos que… colabore, digamos, con nuestro Partido. Como sabrá, se acercan las elecciones y vamos a necesitar fondos para propaganda
- ¿Y?
- Que si usted nos compra un bono de adhesión de 2,000 dólares veremos la forma de reunir al Concejo Deliberante y votar en forma extraordinaria una excepción que lo exceptúe del pago de ciertas tasas.
- Mmm..., déjeme pensarlo
No se cómo terminó el asunto, pero no importa. Lo peor pasó después.
Don Carlos Escalante, ganadero de la zona comentó en el Club Social que por invertir en la instalación de una fábrica de chacinado la Municipalidad le exigía una Tasa de Radicación de 10,000 dólares. Calculó que entre esa tasa anual y el resto- sumado a los impuestos provinciales y nacionales- la inversión dejaba de ser redituable. Habló con el Intendente de Cañuelas y éste le aseguró que no había tal Tasa de Radicación en su municipio y que había un plan de excepción impositiva para los nuevos emprendimientos, así que Don Carlos había decidido trasladar el proyecto a la vecina localidad. Las Heras perdería así una fuente de trabajo para unas 30 personas.
El Intendente Alanisi fue reelecto por el 74% de los votos. En su campaña se destacó una publicidad abundante en carteles, volantes, asados populares y actos al pie del Monumento al Fundador del Movimiento Nacional y Popular…

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