jueves, agosto 13, 2009

Agonía K

Reitero lo que publiqué pocos días antes de las elecciones del 28 de junio:

“La duda que tengo es, entonces, no si Kirchner perderá, sino qué hará en ese caso.
Carece de Plan B. Como viejo militante montonero, solo cree en la Victoria o la Muerte, no sabe qué significa rendirse.
Como, a su vez, práctico hombre de negocios una parte de su estrecha mente sospecha que tendrá que sentarse a negociar. Nunca lo hizo, no sabe “agacharse” a negociar. Y como no sabe, cada vez negocia peor, desde condiciones de más debilidad. Quizás ni siquiera lo inviten a negociar: la realidad le pasará de costado y nunca más la alcanzará.
Pero estoy en la duda, en la ansiedad de no saber como reaccionará el Presidente (no su Ministra de Anuncios, que a nadie interesa ya)
Porque este hombre nos puede amargar la vida de muchas maneras. Con el resto mínimo de poder que le quedará puede hacer desastres económicos, institucionales y políticos.
Se puede chavizar, se puede ahmadineyar, se puede castrizar, se puede coreizar, se puede myanmarizar, se puede congorear, se puede stalinizar, se puede maoizar el muy cuadrado y limitado Presidente Néstor Kirchner.
Puede generar algún desastre económico, puede terminar de alejarnos del mundo, puede apelar al recurso de la violencia “popular”. Su febril mente debe estar ya hurgando en esas alternativas, aunque todavía cree en su Victoria, aun cree en las encuestas que sus asistentes se encargan de manipular, confunde sueños y realidad, encuestas amigas y escrutinios reales. La noche del 28 pegará un grito, golpeará la mesa y dará órdenes confusas, mientras las multitudes de D´Elía se harán dueñas de la Plaza para llorar la derrota.
¿Alguien lo conducirá hacia el camino de la aceptación de la derrota, alguien de su patético entorno lo sostendrá para que el trago sea menos amargo? Lo dudo: los Líderes no tienen amigos, solo amanuenses asustados.
Habrá que esperar, entonces, la secuencia de eventos: el escrutinio del 28, la no aceptación de los resultados, la bronca, la angustia, la resignación, las primeras decisiones: esto pasará en los próximos días.
A veces la Historia nos invita a mirarla de cerca, no nos distraigamos.”

La realidad nos muestra que Kirchner, tal como yo anticipaba NO NEGOCIA porque cree que no ha sido derrotado. Gobierna con la misma soberbia del exitoso K de 2005, como si manejara el mismo poder. Es algo inédito: un “pato rengo” que se niega a su destino de olvido. Eso nos está conduciendo ya a lo que hoy describe magistalmente Cachanovsky en La Nación:

“El grado de improvisación con que viene manejándose el Gobierno ha llegado a límites alarmantes. Luego de hacer una férrea defensa del tarifazo e impuestazo sobre el consumo de gas, dieron marcha atrás por miedo a que se les transformara en otra 125. Se hace difícil determinar si el lío económico que ha armado Kirchner es por ignorancia, incapacidad y, en algunos casos, movido por sentimientos de venganza. Tal vez sea una mezcla de todo esto, pero lo cierto es que ante los crecientes problemas suele redoblar la apuesta en el sentido menos indicado.”

Qué hacer, diría Vladimir Illich. Todo, menos quedarse callado y ser testigo de esta agonía a la que el loco nos quiere hacer llegar.

1 comentario:

José Luis dijo...

Creo, lamentablemente, que no va a tener problemas en llevarnos a todos puestos, a lo Hitler, hasta que no quede nada. En su retorcida mente, nos lo mereceremos, ya sea por tibios, o por cagones, o por traidores.

JL

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