La explicación marxista sobre la explotación siempre queda a medio camino. No cierra. Es como si retratara una parte de la realidad y se olvidara que existe otra, a contrapelo. Como si explicara la fatiga, pero olvidara relatar el descanso que le sigue.
Por que para la maquinaria de producción capitalista es bueno pagarle poco al obrero, pero es bueno que haya de consumidores con buenos sueldos, ávidos de comprar esa producción masiva y creciente. El doble carácter de la persona (obrero y consumidor) jamas aparece en la misma oración en Marx. Como si fueran dos seres distintos uno debe ser explotado con salarios bajos y el otro…tentado con precios bajos y salarios altos para comprar cada vez más bienes.
Para la teoría marxista la plusvalía es la fuente de ganancia capitalista. Cuanto más bajo el salario y más alto el precio de venta, mayor la ganancia capitalista.
En palabras del viejo Carlos” La ganancia aumenta en la medida en que disminuye el salario y disminuye en la medida en que este aumenta”
Pero… reconoce Marx hay casos en que “ las ganancias de un capitalista pueden aumentar a costa de otros capitalistas, independientemente del alza o baja del salario”. O sea; a veces una ganancia mayor no depende de la “tasa de explotación” sino de la capacidad para expandir el mercado, crear nuevos productos, vender más barato, etc. En términos actuales, las ganancias de Google no se basan en la diferencia entre ingresos y salarios pagados a sus trabajadores (salarios, dicho sea de paso, que deben ser los más altos de la tierra) sino en su capacidad para vender su innovador servicio allí donde no hay nadie que le compita.
¿Y como resuelve Marx esta contradicción? Por el absurdo: “ Es cierto que la ganancia no habrá aumentado porque haya disminuido el salario, pero el salario habrá disminuido por haber aumentado la ganancia”
Es el salario “relativo” el que disminuye, no el “absoluto”, debería haber agregado el viejo Marx.
Pero dicho así, pareciera que “en términos absolutos”, baja el salario, cuando diez renglones arriba el admite la posibilidad contraria. La frase se transforma en una consigna política, de las tantas que su magnífica pluma creó en décadas de actuación.
Todo, en realidad, es un problema de “comparación” ente lo que gana el obrero y lo que gana el capitalista. Llevando este razonamiento al extremo ¿que es lo que nos muestra Google o cualquier otra empresa de alta tecnología?: mientras los trabajadores de Google ganan en promedio 200 mil dolares por año, sus accionistas mayores incrementan su patrimonio en varios millones de dolares al año. Pobres trabajadores de Google, así explotados!
Al fin Marx nos dice la verdad: “el salario se halla determinado sobretodo por su relación con la ganancia…: es un salario relativo, proporcional.(…) Aunque los goces del obrero hayan aumentado, la satisfacción social que producen es ahora menor [¿Como lo sabe? ¿Habra hecho encuestas entre obreros prósperos?] comparada con los goces mayores del capitalista, inasequibles al obrero., y comparado con el nivel de desarrollo de la sociedad en general . Nuestras necesidades y nuestros goces tienen su fuente en la sociedad y los medimos, consiguientemente , por ella, y no por los objetos con que los satisfacemos. Y como tienen carácter social, son siempre relativos”
“Hemos visto , pues: que incluso la situación más favorable para la clase obrera, el incremento más rápido posible del capital, por mucho que mejore la vida material del obrero , no suprime el antagonismo entre sus intereses y los intereses del burgués (…) La situación material del obrero habrá mejorado, pero a costa de su situación social “.
Vamos a ver. Según estos párrafos estratégicos y fundacionales de la teoría marxista, no hay un problema “objetivo y absoluto” de explotación, sino que hay de deprivación relativa, entre el obrero (incluso en los bien pagos) en relación al capitalista . Todo el problema de la explotación social, la necesidad de la revolución mundial que acabe con la explotación es un problema “relativo, comparativo, de proporciones” entre lo que gano yo -simple obrero (al cual ya no satisfacen los “objetos que recibimos” sino en un goce “menor”, en comparación con el “promedio social”)- y lo que gana mi capitalista. Un problema subjetivo, de “envidia social”, de “goce menor que”, no de “situación material, sino de situación social”.
El trabajador promedio de Google, con sus 15 mil dolares mensuales mira con recelo a sus patrones que acaban de comprar un jet privado…y se afilia a La Revolucion Mundial, porque esta diferencia no se aguanta!
Ahora cierra el modelo.
a) El capitalista hace su mayor ganancia vendiendo grandes cantidades de producto a las masas
b) Esas masas, justamente, los proletarios, reciben cada vez más salario, lo cual esta en el interés del capitalista, que desea consumidores con dinero listo para gastar en los bolsillos.
c) Todo crece: la producción, los salarios, el consumo, tiende a bajar el precio de los productos a fin de incrementar los volúmenes de venta, se mejoran las condiciones de trabajo, hay capital para desarrollar tecnologías más humanas, menos degradantes…
d) Y aumenta la ganancia del capitalista. He ahí el problema. Eso no se tolera.
e) Entonces los proletarios – que tienen mucho más que las cadenas para perder (un salario en alza que les garantiza adquirir cada vez más productos- “aunque los goces del obrero hayan aumentado”, dice Marx- ) - se organizan en Partidos Comunistas, derrotan a la burguesía e instauran el Estado Comunista, del cual jamás podrán salir: salarios congelados, productos de calidad irrisoria, desabastecimiento, homogeneidad aplastante, pero eso si: ¡ningún capitalista enriqueciéndose a mi costa!
En el fondo, tras el ropaje científico, Marx muestra que tiene un serio problema moral con las ganancias. El odia las ganancias, el lucro excesivo, a la manera de la Iglesia medieval que condenaba la usura y exigía un “justo precio”. No las considera una retribución normal hacia un factor (“el factor Capital”) encargado de planear la producción y venta de un bien ( comprar las materias primas, adquirir y mantener las maquinarias, prever -arriesgando su capital- niveles de venta de su producto, contratar mano de obra y capacitarla, competir con otros capitalistas en mejorar la calidad y/o bajar el precio, gestionar la producción, almacenaje, distribución, venta y cobranza, obtener créditos, pagar préstamos, abonar impuestos, pagar sueldos, investigar nuevos productos, invertir, y al fin obtener su ganancia para que el ciclo siga…año tras año, sin vender la fábrica e ir a disfrutar a la Costa Azul).
Hay un fuerte – y erróneo- sentido moral en Carlos Marx, un apasionamiento difícil de explicar desde su pretensión de fundar un socialismo científico. Como un padre ofendido, se enoja con la realidad. ¿Qué pensaría hoy de Google?